Lo vislumbro. No solo la carretera y su leve inclinación me avisan. La naturaleza me lo susurra. El paisaje es diferente. Vegetación más espesa, suave viento, …comienza el ansiado puerto en esta etapa. ¡Cuánto me he preparado para este momento! Atrás quedan kilometradas este invierno. Atrás quedan rodillos en casa. Sesiones de potencia. Entrenos con subidas y mediciones de tiempo. Ahora no hay ensayos…Me la juego en esta subida. Quiero ganar esta etapa.
Me esperan 15 kilómetros, y sé que son difíciles. No sé si voy a poder. Sé que puedo ganar, pero me vienen pensamientos negativos. Creo que los demás van mejor que yo. Llevo un desarrollo y sé que es el apropiado. Comienzo con un 53×16, todavía no pica, y para algo he entrenado. Me fijo en el grupo en el que estoy subiendo. Otros van con un 53×14. Debe ser que van mejor que yo. No voy a hacer un buen tiempo.. Qué me pasa! de repente…la pancarta de 14 kms para fin de puerto me indica que ya he avanzado el primero de los kilómetros, a un 5% de pendiente. Con tanta conversación conmigo mismo no me he percatado que ya he avanzado un kilómetro. Dejo de hablar con mi otro yo, el que me dice que no puedo, que estoy cansado, que el resto van mejor que yo…y veo que estoy en el grupo de cabeza…Sonrío, me tranquilizo, por un momento, silencio en mi cabeza. Sigo subiendo. Veo una señal que indica el porcentaje de subida de los siguientes dos kilómetros: 9%. Es un porcentaje ya algo más serio, pero tampoco algo que no haya entrenado.
Oigo “clicks, clacks”…sí, en el grupo de cabeza en el que voy, muchos comienzan a cambiar a plato 39 y piñón 15, no está mal, les veo las piernas moviéndose rápido, qué cadencia, madre mía. Yo la quisiera. Alguno comienza a retrasarse. Se descuelgan algunos. Yo sigo…para algo me he entrenado. Yo aún puedo bailar con el 53-23, pero cabeceo. Se darán cuenta mis adversarios? Voy regular. Estas rampas al 9% durante dos kilómetros pican. Son rectas largas. No diviso cambio de rasante, ni cambio de nivel. Oh, comienzo a sentirme mal. Sudor frío de nuevo. Incómodo. Debo cambiar desarrollo. Señales en mi cerebro me lo indican. Para eso he entrenado. Cambio a 53-25? Si lo hago se darán cuenta. Verán que comienzo a dar señales de debilitamiento. Voy a seguir con el 23…
Para qué pienso tanto en lo que piense mi rival? Estos últimos 200 metros, con el 23 me están matando. Ya no bailo. Cruje el cuadro. Voy incómodo… Es mi carrera. Sé que puedo ganar. Cambia al 39-13, me digo!. En ese desarrollo sé que puedo bailar mejor, y estar menos cansado. Son mis piernas las que me mueven…no el cerebro de los demás.
10 kms para final de puerto!!!. Ni me he dado cuenta. En esta conversación interna he avanzado 5 kms… Voy a dejar de pensar en el sueño final, como si solo fuera un objetivo. Me quedan “diez metas”, “una por kilómetro”. Así mi objetivo será más real, y podré ver los avances mucho mejor. Seguimos en cabeza. Otros que pensaba que iban mejor al inicio del puerto se han descolgado. Voy bien, y mi gregario está conmigo. Me da ánimos. Le tengo al lado, algo más adelantado. Qué buena ayuda es. Junto a mí, en la subida que yo sé que puedo ganar. Qué capacidad tiene mi gregario de decirme palabras de aliento, y hacerme ver la realidad…cuando le digo voy mal…me grita: “Mira hacia atrás…cuánto has avanzado? Qué te dicen las 12 curvas en herradura que has dejado atrás? Qué te dice la pancarta que indica 9 kms para el final? Qué significa que vayas en el grupo de los escapados? Yo grito: Soy capaz!
De repente le digo a mi gregario: Full Gas. Yo marco el ritmo. Se levanta, endurece el desarrollo y esprint. Full Full Full, repito. 27 kms/hora!!! Bien. A esa velocidad he entrenado mucho. Necesito aguantar dos kilómetros así. Sé que puedo aguantarla.
De repente, algo me retrasa. Otra vez, mi otro yo, me dice que voy pasado. Que mejor me relaje. Tengo a mi principal rival detrás chupando rueda. No merece la pena seguir!!!! Y cuando hago gesto de perder marcha, mi gregario grita: Para qué has entrenado? Cuánto has avanzado?. No puedo – le grito. Para. Baja una revolución.
Mi gregario me mira…bondadoso, pero su mirada me desafía. Baja a 20 kms/hora. Mi rival nos pasa….¡voy a perder la carrera!
Silencio…tristeza…pero…momento mágico. Mi gregario dice: Compañero… Dime tres cosas que hayas visto buenas en ti en la subida que llevas. Son casi 10 kms lo que has subido. ¿Cómo te sientes cuando ves que solo quedan 5 kms? Y es cierto…recuerdo…he sido capaz de bailar con un 53-14 unas rampas iniciales. Seguí bailando con un 53-24. Fui capaz de cambiar a 39-13 y esprintar…voy en cabeza toda la etapa…ahora voy el tercero…me han superado solo dos….YO soy capaz. Sé que puedo. Debo ser s.m.a.r.t, Debo centrarme en mis metas, que son kilómetro a kilómetro, específicas, y medibles.
Le grito a mi gregario: Full Gas un kilómetro. Él me dice: Compañero, te ayudo a subir este kilómetro, Eres tú el que ha de ganar la etapa. Sabes que tú eres el ganador. Yo soy un simple gregario. Es tu carrera. Es tu premio. Es el camino que tú has decidido. Yo he estado para ayudarte. Ahora qué vas a hacer?
Y de repente, 25 kms/hora durante un kilómetro, en un arranque de fuerza en esta subida. Solo quedan 4 kms. Vienen rampas del 15%. Ya no hay quien me pare. Un rival no puede más…cae…. Estamos subiendo, de pie, rápido….
Y de repente, mi gregario indica: ahí quedas tú…llevas a dos tíos contigo, cuidado con ellos. Es tu momento. Mi trabajo ha finalizado. Es tu sueño. Es tu mapa mental que tanto tiempo has currado. Vamos!. Yo le grito ¡Gregario!…Que somos dos. Mi rival y yo. Él me grita. Mira de verdad. Sois tres. Tu rival, tu cabeza (que es el peor rival), y tú. Vamos. Gánales. Pedales, Pedales, Pedales…
Y ahora estoy. Sólo, contra mi rival por la etapa, y mi rival interno. 1 kilómetro a la meta. Miro a mi rival. Él me mira a mí. Recuerdo lo que aprendí con mi gregario en muchas sesiones. La voz de quién escuchas cuando dices que no puedes? Y la siguiente pregunta: Qué le quieres decir a quien te dice que no puedes?
16%. Últimas curvas y meta. Las vislumbro. Sé que puedo. Es mi meta, mi sueño, mi vida. Soy capaz me grito. Del esfuerzo veo nublado…pero dejo oír los ánimos de la gente. Sé que me gritan. Vamos, vamos…Me duelen las piernas, pero son las últimas rampas
Voy en paralelo con mi rival. Mi rival mental me dice que voy a perder… Ese es el peor…pero le conozco. Le digo: No has podido doblegarme en 14 kilómetros…y ahora te voy a escuchar?
Solo quedan 200 metros!. Es mía la etapa. síiiiii….llego el primero, he podido, he sido capaz…lloro…grito…tiemblo…grito más…He ganado!!!! Gracias entrenos, gracias días de sufrimiento, gracias gregario…tu ayuda fue más que útil. Gracias.
Hablaba de ciclismo? Hablaba de coaching….y hablaba de metas de en la vida. Hablaba de coaches, o gregarios de la vida
La vida es una etapa dura, una continua etapa de subidas a puertos que son tus metas. Entrenas durante meses o años. Son tus mapas mentales. Son tus sueños. Y llega el momento de afrontarlos en tu vida. Cómo afrontas tus sueños, tus metas, tus etapas? Qué desarrollo llevas en tu vida, en las dos ruedas de tu vida? Es el que tú has decidido o el que otros te dicen que lleves? Cómo afrontas los síntomas de cansancio? Si tu sueño fuera una etapa de una Vuelta Ciclista…cómo Persigues tu sueño? Cómo son tus objetivos? son objetivos kilómetro a kilómetro?
Qué te impide tener en gregario en tu vida? Él no te va a decir la montaña por la que has de entrenar o subir. Él solo te acompaña en la etapa, está a tu lado, está junto a ti, subiendo la montaña y etapa que son tus sueños y objetivos. El líder eres tú… Cómo crees que te beneficiará? cómo sería tu vida, con un gregario a tu lado, en tus diferentes etapas en la vida?